Una de las primeras costuras que me enseñó mi madre (y la otra mitad de Costuretas) fue la llamada "costura francesa". Y ¿para qué sirve esta costura? Básicamente nos permite unos acabados mucho más pulidos, tanto por el interior como por el exterior de nuestro proyecto.
Muchos de nosotros (me incluyo), nos apasionamos con proyectos y más proyectos, y una vez tenemos una idea queremos acabarla cuanto antes y una vez cosidas las costuras andar cortando las esquinas o haciendo un zig-zag para evitar que todo se deshilache nos parece tremendamente aburrido.
La costura francesa es útil en aquellos casos en que queremos cuidar el aspecto de nuestro proyecto, por ejemplo cuando queremos ser más cuidadosos, ya sea porque estamos usando mejores telas que de costumbre, o porque queremos crear un regalo especial para alguien.
Sea como sea, cuando cosemos telas muy finas (o telas que se deshilachan muchísimo), esta costura es ideal. Permite esconder los bordes de la costura completamente, manteniendo el deshilachado escondido. Pruébalo cuando cosas telas como gasa, o tul sobre un vestido y verás la diferencia.
Imagina por un segundo que esos márgenes de costura que lavado tras lavado tras lavado tienen cada vez peor aspecto, pudieran quedar completamente escondidos, únicamente mediante una puntada recta a la vista, tanto por dentro como por fuera.
Realmente es precioso lo bien que se ve. Aunque puede usarse en curvas, como mejor se usa en en costuras rectas. Y ¿sabes lo mejor? ¡Es realmente fácil!