Hay miles de formas en que nuestros proyectos de costura pueden acabar en un desastre monumental, aunque la mayoría se deben a causas básicas: ir con poco cuidado, usar material de baja calidad, o malas herramientas. Quizá el proyecto acabe no quedando del todo mal, pero lo pasas tan mal mientras coses que muchas veces no nos atrevemos a repetir experiencia.
"Tears go to heaven" de Rita Lee
Estas son (solo) algunas de las cosas con las que nos hemos encontrado alguna vez, nosotras o algún conocido aficionado a la costura:
1) Imponerse tiempos poco realistas. Seguro que un montón de veces has visto una idea sencilla que te gusta y has pensado "esto lo acabo yo en una tarde...", y acabas agobiada porque pasan las horas y el proyecto parece alargarse eternamente en el tiempo. Perdemos de vista que uno de los requisitos de coser por gusto, es precisamente eso, PASÁRSELO BIEN. En el momento que nos metemos presión extra y dejamos de disfrutar, hay que parar y preguntarse ¿por qué? Mañana será otro día, y no pasa nada por dejar un proyecto a medias y seguir mañana.
2) Equivocarse con la tela. La mayor culpa la tiene usar ropas de algodón en prendas de vestir, que no han sido creadas para eso. Quizá parezcan bonitas en la tienda, pero una vez te haces una falda y te la pruebas... Buff. Os recomiendo, sobretodo cuando empezáis a coser, ir a tiendas con experiencia donde podáis explicar a los dependientes el proyecto que tenéis en mente, y así os puedan recomendar el mejor tejido. Eso, ¡o que os llevéis siempre de compras a esa amiga que sabe un montón!
3) Cortar sin precisión. Esta es una de las cosas con las que soy más machacona en nuestros talleres. Pocas cosas son tan frustrantes como que no te coincidan dos costuras, o un vestido te quede al final dos tallas más grandes. Os recomiendo un buen marcador, o usar algún medio (por ejemplo alfileres) para que el patrón no se mueva de su sitio al marcar la tela. Y sobretodo, que utilicéis unas buenas tijeras, sin prisas y con cariño.
4) Improvisar en una nueva técnica. Supón que estás cosiendo por ejemplo, una chaqueta, por primera vez. Hacerlo siguiendo únicamente las (breves) instrucciones del patrón es tarea casi imposible, más aún si quieres que te quede perfecta (¡aunque es tentador! ¿verdad?). Siempre que hagáis algo nuevo que sea un poco complicado, podéis encontrar buenas ayudas en revistas o libros especializados (en muchas bibliotecas puedes alquilarlos sin problemas, con patrones incluidos), o que os metáis en internet y busquéis entre los miles de tutoriales que hay (algunos realmente buenos y clarificadores).
5) Usar un mal hilo. No vale la pena ahorrar en esto. Deja los hilos de menor calidad para hilvanar u otras tareas.
6) Pensar que el patrón te va a quedar clavado. Es raro que nuestro cuerpo siga los estándares de patronaje, hechos con unas medidas calculadas a partir de promedios. Esto nos pasa también cuando vamos a comprar ropa, o bien nos queda justo en las caderas, o nos sobra del pecho... Cada persona tiene un tipo de cuerpo diferente pero los patrones que compramos son generales y es raro que te quede bien si hacer algún tipo de ajuste. Una vez aprendes cuáles son los ajustes que necesita tu propio cuerpo, todo es más sencillo. Esto es lo primero a lo que tienes que poner atención.
7) Modificar un patrón sin probarlo antes. Si vas a hacer un cambio importante en un patrón, sobretodo si es para que te quede mejor ajustado, te recomiendo que hagas una prueba (puedes usar una sábana vieja si no quieres gastar tela). Aunque sea una prueba parcial del patrón, te ahorrará problemas después.
8) Tratar todos los tejidos del mismo modo. Aunque parezca obvio, es algo en lo que solemos pecar cuando empezamos a coser. Diferentes tejidos necesitan trabajarse de modo diferente, con diferentes hilo, diferentes agujas y/o usar alguna friselina para darle cuerpo a la tela.
9) No pre-lavar la tela. Muchas veces, tenemos tantas ganas de empezar con nuestro proyecto que no nos planteamos lavar la tela antes, y a veces, ¡ésta encoge! No hay nada peor como probarte un vestido al que le has dedicado días y que te quede pequeño después del primer lavado. Os recomiendo lavar la tela tal y como lo haréis con el vestido una vez confeccionado.
10) No ser sincera con tus propias medidas. Esto tiene que ver más con querer nuestro cuerpo tal y como es. La publicidad y la mayoría de los medios de comunicación nos han vendido un cuerpo que no es real, y las tiendas de ropa actual no ayudan tampoco. Es prácticamente imposible que tu proyecto te quede perfecto si has escatimado unos centímetros de allá, o has añadido otros aquí. Quiérete, porque eres perfecto.
Ahora os toca a vosotros. ¿Os ha pasado alguna vez? ¿Añadiríais alguna otra manera de echar a perder tu proyecto?
Inspirado en The Coletterie